Hay una verdad incómoda que muchas empresas prefieren ignorar:
No es la falta de clientes lo que las lleva al fracaso.
Es la mala gestión de sus recursos financieros.
Y no, no hablo solo de grandes errores contables o inversiones arriesgadas.
Hablo de lo cotidiano:
👉 No saber con claridad cuánto cuesta mantener la empresa operativa.
👉 Gastar sin estrategia, solo porque “hay dinero en caja”.
👉 No tener una visión financiera a medio y largo plazo.
👉 Tomar decisiones por impulso y no por análisis.
¿Sabías que el 80% de las empresas que cierran eran rentables… pero no sabían administrarse?
La buena noticia es que gestionar bien los recursos financieros no es exclusivo de grandes corporaciones.
Es una habilidad que cualquier empresario puede desarrollar si deja de mirar los números con miedo y empieza a verlos como su brújula.
Aquí algunas claves que transforman negocios:
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Conoce tu punto de equilibrio. Sin eso, navegas a ciegas.
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Diferencia gasto de inversión. No todo lo que cuesta, suma.
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Ten un plan de liquidez. La caja manda más que la cuenta de resultados.
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Proyéctate. La anticipación es una forma de protección.
No se trata de tener un máster en finanzas.
Se trata de dejar de improvisar con lo más importante: la sostenibilidad de tu negocio.
📌 Los recursos mal gestionados no solo se pierden… te frenan.
📌 Una empresa financieramente organizada es una empresa con libertad, visión y control.
¿Quieres que tu negocio crezca de verdad?
Empieza por dominar tus números.
Porque cuando tu empresa aprende a gestionar bien lo que ya tiene…
llega mucho más lejos de lo que imaginas.
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